Reflexiones sobre la crisis

    Que la crisis afecta al sector inmobiliario es algo que todos tenemos claro. El dinero ha dejado de entrar en el sector de la construcción, ya que de repente hemos descubierto que hay leyes urbanísticas que cumplir, hay especulación contra la que luchar, etc. Pero yo me preguntaba si la culpa de la situación económica la tienen la construcción, la subida del petróleo, y todo esto que nos quieren vender. Y me he dado cuenta de que, si hablamos de cifras macroeconómicas, puede que el fútbol (como deporte rey en nuestro país) tenga gran culpa de esta crisis.

 

    Hablando con un amigo que entiende más que yo de estos asuntos balompédicos, hicimos un cómputo de cuánto dinero puede haber invertido en el fútbol en nuestro país, y como no queríamos equiparar comunidades autónomas del tamaño y población de Andalucía con otras como Cantabria, Murcia o Asturias, que indudablemente son más pequeñas, hemos decidido no hacer incluir las categorías menores de este deporte, así que nuestras cuentas comienzan por la Regional Preferente. Hemos considerado poner una liga de Regional Preferente por provincia, que multiplicado por 50 provincias que hay en España, hace un total de 900 equipos, con un presupuesto que puede rondar los 50.000 € cada uno.

 

    Después nos fuimos a las ligas de Comunidad Autónoma, tenemos 18 Comunidades, y 18 equipos por liga, hacen un total de 324 equipos, con unos 60.000 € (siempre según nuestros cálculos, que la realidad es mayor, porque por ejemplo Andalucía tiene 4 grupos de Andaluza) de presupuesto.

 

    Lo siguiente que nos encontramos es la 3ª división, que tiene 17 grupos, con 20 equipos por grupo, que hacen un total de 340 equipos, con un presupuesto que rondaría los 90.000 € por equipo.

 

    La 2ª división B consta de cuatro grupos, con 20 equipos cada uno, hace un total de 80 equipos, con unos 120.000 € de presupuesto por equipo. En el caso de la 2ª división A, tenemos este año 22 equipos, y hemos considerado un presupuesto medio de tres millones de euros, que es aproximadamente, según hemos leído en internet, el presupuesto del Éibar (seguramente nada comparable al del Zaragoza, recién descendido).

 

    En 1ª división, seguramente se dispararían los presupuestos si contásemos los que realmente tienen los clubes, pero hemos considerado que hay 20 equipos, y le hemos asignado a cada uno 50 millones de euros, por cuadrar cuentas.

 

    Una vez que teníamos todos estos datos, hemos comenzado con el cómputo de los presupuestos globales, de tal forma que en las ligas de Regional Preferente, hay invertido un capital de 45 millones de euros; en las ligas de Comunidad Autónoma, el presupuesto es de 19 millones cuatrocientos cuarenta mil euros; en 3ª división, se “invierten” 30 millones seiscientos mil euros; en 2ª B, el presupuesto rondaría los 9 millones seiscientos mil euros; el dinero destinado para 2ª A sería de 66 millones de euros; y por último, en 1ª división, el presupuesto, y siempre según nuestros cálculos que no reflejan las cantidades reales, sino unas mínimas, sería de Mil Millones de euros… y lo pongo así, con mayúscula, porque la cantidad lo merece. ¿La suma? Mil ciento setenta millones seiscientos cuarenta mil euros.

 

    Si el gasto medio de los hogares españoles, según un estudio del año 2006, publicado por el Instituto Nacional de Estadística, es de (supongamos que continúa en los mismos valores) 29.394 €, estamos hablando de que el presupuesto que se destina a la liga de fútbol es el mismo que tienen casi 40.000 hogares en un año (39.825’81 para ajustar un poco más).

 

    ¿Qué quiere decir esto? Que quizá nos vamos a culpar a factores externos de una crisis que nosotros mismos provocamos por tener nuestro “peculiar” sistema de valoración de lo que es importante y lo que no. No es que yo culpe al fútbol de la crisis que hay en nuestro país, que no es mi intención, sólo era una metáfora, sino que considero que hay gastos secundarios a los que les damos una prioridad que no merecen para los tiempos de crisis en que vivimos.

 

    También es fácil decir que los españoles gastamos casi 30.000 € al año por hogar, cuando en mi casa, como en tantas otras, ni siquiera entran 20.000 € al año, pero es que yo entro para la media en el mismo cómputo que Ronaldinho, que cobraba 8’2 millones de euros por temporada en el año 2005 (es el primer jugador que he encontrado lo que gana por año entre su sueldo como futbolista, primas y publicidad). Se me ocurren unas cuantas cosas que podría hacer ganando ese dinero a lo largo de toda mi vida, no ya en un año…

 

    Que hay crisis es algo que no podemos negar, pero que hay mucha gente que trabaja sin seguro para poder seguir cobrando el subsidio por desempleo, la ayuda familiar, y cualquier dinero que entregue el estado, o la comunidad autónoma correspondiente, también es cierto; que la gente compraba pisos para revenderlos ganándoles varios millones en el mínimo tiempo posible, también es cierto; que como ahora los pisos no tienen salida, la gente se ve endeudada hasta el cuello por haber invertido en ganar dinero fácil, que ahora no lo es tanto, también es cierto; y sobre todo, que una sociedad no puede estar basada en fraudes para salir adelante, también es cierto.

 

    También es cierto que vivimos en crisis, pero tenemos nuestro teléfono móvil de última generación, y que desecharemos en cuanto salga otro modelo que nos llame la atención, aunque el nuestro funcione; nuestro coche, que hay que renovar también cada cierto tiempo, para mantener un status y reforzar nuestro carácter y personalidad; la ropa, de marca; el mp3, mp4 o mp5, la cámara de fotos digital, el ordenador portátil, conexión móvil a internet, gafas de sol de marca, el gimnasio para mantener nuestra imagen… siempre hay dinero para estas cosas, aunque comamos todos los días lo mismo porque no tenemos presupuesto para más.

 

    Ojalá tuviera la receta para solucionar los problemas de este país, porque estaría encantado de comunicársela al gobierno que hubiese en el momento de conocer esta solución, pero por desgracia, no la tengo. Los economistas siguen luchando por encontrar un remedio a todo este desaguisado, y no dan con la clave, así que un humilde locutor de radio como yo no va a dar con ella así, de buenas a primeras.

 

    Pero es innegable que hemos de cambiar la forma de actuar, la forma de concebir la economía, la sociedad, y sobre todo, la forma de trabajar. Hasta que no hagamos todo eso, no estaremos preparados para salir de esta situación, a la que el mismo pillaje del españolito de a pie nos ha conducido. Y cambiar la forma de pensar de una sociedad lleva mucho tiempo.

 

    Y para concluir, diré que es muy fácil culpar a Zapatero, a Solbes, o a quien sea que esté en el gobierno en el momento en el que sobreviene una crisis, pero no nos damos cuenta de que esta situación no sólo se produce en España; aquí se da por unos factores, y en otros países por otros que no tienen por qué ser los mismos. Pero claro, también tendríamos que dejar de apuntarnos medallas de proyectos que hacen gobiernos anteriores como si fueran nuestros porque se concluyen en nuestro mandato. Que cada palo aguante su vela, y que aquél que se sienta ofendido, recapacite y piense por qué se ofende. No pretendo herir, sólo señalar algo que es verdad, y que todos, políticos o no, tendemos a hacer en nuestros respectivos cargos, responsabilidades, empleos y vidas.

 

    Decían Karl Marx y Friedrich Engels que, en su día, la religión era el opio del pueblo; hoy el opio de España es la liga de fútbol, el tenis, la Fórmula 1, la Selección de fútbol y la de baloncesto en las competiciones internacionales, y cualquiera que consiga un logro “para nuestro país” que nos haga pensar en algo que no sea lo mal que está la economía, o lo que hacen o dejan de hacer los políticos. Tantas personas dicen que pasan de política, y es lo que decide nuestras vidas… ¿o es que los deportistas van a solucionar nuestros problemas? Si fuera así, bienvenidos sean…

About Rubén Núñez

Profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria y Bachillerato.

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